domingo, 10 de agosto de 2025

PRELUDIOS DEL SIEMPRE

     Convencido estoy que nosotros venimos a este mundo donde nada nos falta. Todo es de lo mejor, majestuoso, maravilloso, deslumbrante e inconmensurable. Y es por eso que el poeta caratuló a la tierra como un verdadero paraíso terrenal a los fines y efectos de brindarnos un lugar para que cumplamos con el mandato superior y evolucionar espiritualmente. Igual que las mariposas para deambular por un tiempo corto y admirarnos con sus bellezas de los colores de sus alas revoloteando angelicalmente para luego enfrentar el final de sus vidas. Como  una misión cumplida inexorablemente, como nosotros mismos y así depurarnos espiritualmente, y con esa evolución lograr que se cumpla lo que más determinan las filosofías teológicas, aquello de que estamos hechos y formados a imagen y semejanza del superior, y cuanto más hemos evolucionado espiritualmente, lograr recién el derecho de deambular eternamente por los infinitos cielos, acompañados con aquellos seres queridos que también se superaron y se fueron antes que nosotros, que desde donde están con sus influjos misteriosos, nos siguen marcando el sendero con la luz del recuerdo nos hacen llegar la actitud en este mundo, la depuración de nuestras almas y lograr que nos abran las puertas del cielo, y así poder deambular en la etapa espiritual eternamente por los inconmensurables, infinitos y majestuosos cielos.

     Ya lo dijimos, el recuerdo es un don esperanzado para el futuro virtuoso y así lograr la evolución espiritual de los seres en este mundo y lograr un futuro o después que es el siempre y su parte próspera, que son justamente los misterios de los seres vivientes en el nivel terrenal por estar formado de cuerpo y alma, o interior de los humanos, es como un verdadero trofeo para ganarnos el viaje a la eternidad y los infinitos cielos donde es eternal, deslumbrante algo similar a lo que soñé como el viaje interestelar que narré en mi blog “Perfiles literarios” en uno de mis trabajos que lo denominé “Los misterios de nuestras vidas terrenales”, que nos grafica el siempre, porque el siempre es intemporal, es parte indispensable del ayer pasado, el presente futuro, el después como el fugaz hoy, el mañana es el siempre que es eternal. El siempre es integrante indispensable de los niveles o etapas evolutivas del pasado, presente, futuro el celestial que es infinito es espiritual donde lo acompaña el siempre; es por ello que tenemos que cargar las alforjas de esperanzas, fe, solidaridad y amor, hasta el último momento y suspiro en este mundo, y así ganarnos el derecho a entrar al nivel espiritual que es eterno, el siempre mismo.  

     Tal vez mis palabras sobre el más allá o el preludio del siempre sean influjos misteriosos espirituales de una persona de larga vida entrando en años de casi diez décadas, que de mis engramas cerebrales me hacen rememorar, los consejos dados por mis queridos padres, hermanos, familiares, colegios, amigos, colegas y sociedad toda, en épocas donde la palabra era una verdadero documento, y las derivaciones de todo tipo eran privadas, es decir, casi no existían y mucho menos llegaban a nuestros conocimientos como hoy; los pobres eran aquellas personas que tenían que trabajar al aire libre en pleno verano, con 40 o 45 grados al sol, como los ferroviarios, albañiles, los que desagotaban cloacas pero todos sin excepción, aspirando para llegar a ser un verdadero profesional o técnico en su oficio o profesión, era un orgullo pertenecer al ferrocarril por los sueldos, es decir, la pobreza no se medía por la plata, sino por el trabajo fuerte luchando con las adversidades del tiempo, frío, calor y tormentas.

     Qué esperanzador, maravilloso, virtuoso y magistral tener fuertemente aferrado en la mente que existe algo más allá de la muerte, que es el alma que se manifiesta a través del espíritu que nos hace notar que estamos formados de cuerpo y alma que es parte del todo de la vida misma en el fugaz paso por este maravilloso mundo terrenal, como si fuera una verdadera puesta a pulir para que evolucionemos espiritualmente y así pasar a otras etapas o niveles, el celestial, que es justamente espiritual el siempre mismo, que es eterno y lo encontramos en todos los niveles evolutivos.

     Pensar en que nada existe después de la muerte no nos ayuda para vivir, y mucho menos para morir, lo que puedo confirmar después de haberlo visto, oído y vivido en mi sueño, y morir en paz, esto se sustenta con el convencimiento de haber cumplido con el mandato superior encomendado al venir a este mundo. No es muy fácil poder disfrutar de la vida después de muchas décadas transcurridas, donde van quedando algunos recuerdos, en donde todos se reducen al área espiritual superando sus valores, porque la vida misma es un simple relucir del espíritu, como los poemas de ideas celestiales que es parte integrante del siempre.

     La mayoría de los agnósticos nos dicen que el alma existe y que después de la muerte no hay nada. A pesar que conozco personas que no creían en nada del más allá, pero en el momento de su muerte invocaban a Dios y a su Madre. Qué lástima que se termine la vida si no le queda nada sobre el mas allá, por no haber evolucionado espiritualmente en el paso terrenal, sin tener sustentos de esperanzas, solidaridad e incentivos que son en resumen influjos del amor y actos que perduran en el siempre.

     Me pregunto por qué soñé sobre aquel viaje interestelar como un verdadero acto de un rapto como si mi alma se hubiera desprendido del cuerpo, donde lo visto, oído, sentido y admirado era todo de la otra etapa o nivel de la vida, la espiritual. Todo lo más inimaginable y bello  como lo he narrado,  con vestimenta de colores, música, que eran mucho más de los colores conocidos y la música sicodélica celestial que nos elevaban al más allá, en donde los animales feroces se confundían en algarabía con los más mansos, y los potros negros relucientes acompañados de yeguas blancas brillantes sonrientes que tiraban una carrocería ornamentada de tal manera que todo se transformaba en un verdadero glamour, maravilloso y deslumbrante por estar en la etapa celestial o espiritual estaba en otro nivel o etapa de la vida, la espiritual, pienso que puede ser estar en el siempre mismo. Existen etapas o niveles y nacemos de la conjunción del amor entre dos personas que se aman, crecemos y nos multiplicamos, como lo determinaron las filosofías teológicas, para vivir racionalmente en sociedad, y nos brindamos en este verdadero paraíso terrenal lo mejor para ponernos a pruebas y la oportunidad para evolucionar espiritualmente y llegar alcanzar aquello de que estamos formados a imagen y semejanza del superior.

     El pasado, presente, futuro son las etapas diferentes como el más allá o el después, parte integrante de la esencia misma del siempre, que es eternal y celestial. El superior no fue mezquino con nosotros, nos ofrendó y dejó todo de lo mejor en este mundo, ya lo dijimos, mares, montañas, ríos, tierras, aire, luz, fauna, todo lo mejor para no tener motivos y causas de no evolucionar espiritualmente y así poder deambular eternamente logrando el siempre, que es la más larga etapa del universo, justamente para tentarnos y que evolucionemos   depurándonos espiritualmente para lograr aquello de que estamos formados a imagen y semejanza del Superior.-

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